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Hermosa perspectiva de las casas patronales del fundo "El Milagro", hoy parcialmente abandonado y desconectado. |
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El puente techado sobre el estero "El Milagro" es propiedad del fundo. |
Los dueños del fundo “El Milagro” construyeron las casas, seguramente complementando otras anteriores. Por tanto la arquitectura es variada y trabajada en desniveles con el empleo del concepto de arco. Algunas de sus rejas de balcones y ventanas fueron hechas en fragua. Lo que hay allí habla de una época esplendorosa del fundo, aunque ahora muy venida a menos por el abandono y el paso del tiempo.
La distribución es así: las casas patronales con sus respectivas construcciones de apoyo como cochera, cocina, servicio, jardines están al borde de un estero, el que separa el sector de viviendas que hemos descrito, de aquel donde se levanta la bodega. Lo más curioso es el puente de madera que conecta a ambas unidades de construcciones. Tiene techo. Debe ser el único puente de Chile dotado de semejante protección, dispuesta en dos aguas. Aunque es propiedad privada, el enlace techado –sin duda centenario– en el pasado prestó servicio púbico uniendo el camino que lleva a Florida por un lado y a Ránquil y Ñipas por el otro lado.
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Medio de transporte rápido, para cuatro 4 pasajeros. El vehículo era tirado por 4 caballos hoy es reliquia del fundo. |
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La bodega del fundo "El Milagro", situada al otro lado del estero del mismo nombre. |
Nos dicen que el fundo sufrió expolio durante la construcción de la ruta del Itata y que el trazado, a unos cien metros de las casas es fuente de ruido las 24 horas por el paso de vehículos. A pesar de la gran cercanía física, no hay conectividad para vehículos, por lo que el acceso sólo es posible por Ránquil, por Florida o por Queime. Hay un sendero para acceder a la súper carretera, pero la indisciplina de conductores la ha convertido en un basural. Así, el bello fundo “El Milagro” está tan desconectado de las grandes ciudades y del turismo exactamente como hace cien años.
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El autor de esta crónica junto al cuidador del fundo y nuestro guía, don Adolfo Villarroel. |